viernes, 19 de diciembre de 2014

LEY MORDAZA Y DE MORDIDAS



Hay un aspecto sumamente alarmante de la llamada Ley Mordaza que no he visto comentado en ninguna parte. Me explico. Cuando estás en paises como Venezuela o Mexico, una de las principales obsesiones de todo extranjero, y también nativo, también, es procurar no tropezarte nunca, bajo ningún concepto, con un agente de la ley de ese país. La razón es bien conocida, son países cuyos cuerpos policiales tienen un merecida fama de corruptos y en los que la denominada "mordida" está a la orden del día. Nada más traumático que te pare un agente de la policía de aquellos países conduciendo tu propio carro (coche), el riesgo al que un extranjero se expone, dado que por el sólo hecho de serlo ya se le supone cierto nivel económico y sobre el desamparo en un país cuyos engranajes institucionales o legales por lo general desconoce, amén de la probable necesidad de evitar estos a toda costa dada la caducidad de todo viaje, convierte al turista o viajero en una víctima propiciatoria. Por si fuera poco, los modos despóticos, chulescos, xenófobos incluso de una gran parte de la policía de aquellos países en el trato con el extranjero, y en especial con el gachupino huevón o el gallego comemierda -mi madre y yo lo vivimos en nuestras propias carnes- revelan no tanto una impunidad en el trato abusivo, criminal, hacia el extranjero -a no ser, claro está, que intuyan que éste pueda ser un "don algo"- como una saña hacia todo aquel que crean desprotegido.


Dicho lo cual, y teniendo en cuenta que la susodicha Ley Mordaza otorga a la policía unos prebendas inusitadas como las de que se dé mayor valor probatorio a las denuncias de las Fuerzas de Seguridad o que sean faltas leves las faltas de respeto y consideración cuyo destinatario sea un miembro de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, es decir, que a partir de ahora no puedes ni rechistar delante de un agente de la autoridad dado que la palabra que vale es la del agente con su correspondiente denuncia por lo que sea, por lo que a él le venga en gana inventarse dado que al fin al cabo eres tú el encargado de demostrar tu inocencia y no al revés, eso y que puede acusarte en todo momento de haberle faltado el respeto por lo que sea, que tú afirmas que sólo le dijiste que acababas de cambiar las luces del coche y él que no, que no funcionaban, y que al recrimártelo te fuiste hacia él hecho una furia cagándote en todos sus muertos y con intención de sodomizarlo allí mismo sobre el asfalto, que mientes cuando dices que él te pidió no sé cuánto para no cursar la denuncia, y él que hasta eso puede ser considerado una falta de respeto a la autoridad o, si se pone estupendo, ¿por qué no un atentado terrorista en toda regla?, que al fin y al cabo el acusado había estado de vacaciones en Marrakech hacía unas semanas y, oye, vete a saber...

De modo que lo dicho al principio, quién te libra ahora de sentirte en España como en pleno México D.F o en Caracas, a merced del desalmado de turno en uniforme. Ah sí, que tengo que presumir que la inmensa mayoría de los miembros de los diversos cuerpos de seguridad son gente honrada que hace bien su trabajo. Sí claro, y también que los corruptos como los nacionales de Murcia que se cargaron a una persona y cometían todo tipo de delitos como soborno, trapicheo, extorsión..., los Mossos que mataron a golpes a un ciudadano en Barcelona y que luego fueron por las casas exigiendo a los vecinos que habían grabado la paliza con sus móviles que los borraran, o el ex-marido picolo de la Roicito que pedía a los conductores que paraba por supuestas infracciones de tráfico la "voluntad" para no extender la denuncia, son una minoría. El miedo es libre, el miedo al uniformado de turno en países como los antes citados es la norma. Eso y que a ver quién me dice a mí que si hasta ahora no había tantos abusos y corruptelas como creíamos, y mira que la lista de los habidos no es precisamente corta, era porque, aún y todo, la ley nos amparaba en muchos casos a los ciudadanos y no a ellos, que es precisamente lo que pasa con la Ley Mordaza. Ah, claro, me dice el listillo de turno, el que frunce el ceño por principio cuando sacas estos temas, sí, sí, que le fastidia mucho la gente que protesta por todo y a todas horas, me dice que si no te metes en líos no pasa nada, que a ver qué hay que temer si tienes todo en orden o dices amén a todo lo que te manden. Sí ya, fíjate qué cosas, lo mismo que te aconsejan en esos países nada mas llegar: que hagas como ellos, ciudadanos de unos estados permanentemente bajo sospecha.

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