miércoles, 26 de agosto de 2015

ABUZTUKO ARRATSALDEAK



Ezin zen falta abuztuko arratsaldeetako pantanoraino ibilaldia sorterritik alde egin aurretik. Ezta edozein ibilaldi, ez, ez behintzat nire oroimen minean. Haurtzaroko uda parteko pasaia, pasabidea Gasteiztik Landaraino, Arratzu-Ubarrundia udalerriko Bergararako Errepide bazterreko herrixketan zehar, (egiazko eta aintzinako Errege Bidea, alafede) Durana, Mendibil, Arroiabetik zehar Uribarri-Ganboako harri txintxarrezko hondartza kaxkar eta meharreraino, gure aitak igerian ezkon-eraztuna galdu zuenekoa, xelebrea egun hartakoa, ez dakit nik gure amak noizbaiten barkatu zion. Abuztuko eguerdiak baita Landako urbazterretan ere, mahai eta aulki tolesgarriak patata tortilla, nagusiendako ardo goxoa eta umeendako freskagarriak. Ilunabarrera arte gurasoak eguzki galdatan edota zuhaitzetako itzalpean potrojorran zein haurrak uretan murgildu edo ur ondoko landan zein Etxe Zuria tabernaren aurreko zabuetan jolasean egon eta gero, hau da, pantanotik bueltan, Duna Garagardotegiko ezinbesteko geldialdia afari-merienda egite aldera, helduendako garagardo pitxerrak eta haurrondako berriro freskagarriak, noizik behin gure amaren bizkar eta aitak akuilatuta hainbat gargagardo zurrutada ere bai, eta denontzat ordea oilasko errea ala perrito goxo-goxoak. Haurtzaroko oroitzapen eztiak, urtero gogora ekartzen nituen gure aita hil aurretik ere pantanora bueltan uda partean. Ikaragarri zoriontsuak izan gara, ez dut duda apurrik, txikitan sekula ez bezala, gure aitamak artean gazterik, eguneroko gazi-gozoak alde batera lagata, betiere pozarren. Gaurkoan nola ez gogoratu gainera begi ertzak bete negar-malko, lau hilabete baino ez dira igaro; "aurrera egin behar zenuke" esaten didate nik ezer galdetzeke, ondo baino hobeto ez baneki bezala, egunez egun egingo ez banu bezala, haren akordua berez kaltegarria balitzait bezala, ahaztutzera behartuta banengo bezala benetan aurrera egin ahal izateko...

PAJAROS DE MAL AUGURIO




Lo comentaba antes medio en broma en el muro de un amigo; los buitres sobrevolándonos a la manera del siervo que recordaba al general romano victorioso durante su desfile de la victoria aquello de: "respice post te! Hominem te esse memento! ("¡Mira tras de ti! Recuerda que eres un hombre") Pero, coño, la verdad es que he empezado a darle vueltas a la idea, esa puta manía que tengo, y lo que en principio era un comentario intrascendente en seguida se me ha tornado una de esas tinieblas que me invanden cada vez más a menudo. Hay muchos buitres surcando el cielo de un tiempo a esta parte, parece ser que la población de estos bichos ha aumentado tras prohibirse el vertido de sustancias tóxicas en el monte, de modo que ahora vuelve a haber muladares por doquier, aunque me temo que menos de los que solía haber antes. Aquí donde estoy ahora, a las faldas del Zaldiarán a las afueras de Vitoria, hace ya un tiempo que surcan en cielo de continuo, mañana y tarde. De hecho, ha sido llegar a casa de mi madre hoy a la tarde, echar el resto de ésta en el jardín de casa, y ahí estaban acechándonos desde el cielo, uno de ellos incluso haciendo amago de descender en picado sobre nuestras cabezas, quién sabe si tentado por el menor de mis cachorros, tan tierno, tan potolo... Y ellos, cabrones, pájaros de mal agúero, allí arriba tocando los huevos

ON BILDUR



On Bildur edonon. Etxeko igogailura sartzerakoan barruan zegoen emakumezkoa ikaratu zait ziplo, badirudi ni bezalako mutiko txintxorta baten ustekabeko presentziak aztoratu egin duela zeharo. Beldurra ere jatetxe edo taberna batean zure aurrekoak bere iritzia azal dezan jendartean, badaezpada. Beldurra familia giroan "zenbat buru, hainbat aburu" esaera bere osotasunean, edo familiara ere egokita behintzat, onartzeko. Beldurra lantokietan, ez dago esatekorik zer dela eta, nork bere motiboa. Beldurra edozer idazteko, are argitaratzeko, betiere norbait ez molestatzearren, betiere egoten baita norbait edozer idatzita ere molestatzen dena. Beldurra FBn eta gainerako giza-sareetan "atsegin" bat sakatzeko nahiz eta gero pribatuan, bekoz beko eta ozen-ozen zurekin erabat datozela esan, badaezpada hau ere oso gogorra, gordina, zarelako zure iruzkinetan... Beldurra kalean ere bai, lege berri bati esker uniformedun gehienak balizko etsaiak bilakatu zaizkizulako ezinbestez. Beldurra nagusi, koldarren errege, gizaki libreen etsai; horra hor Berceoren On Bildur.

CHIRBES Y LA COMIDA



Repasando entrevistas y subrayados de sus libros (no se me ocurre mejor homenaje íntimo, personal, a un autor que admiras) me he encontrado con esta reflexión de Chirbes sobre la gastronomía, no olvidemos que durante años, los 80 en especial, trabajó de crítico gastronómico e incluso llegó a ser director de la revista "Sobremesa". Así pues, se podía decir que Chirbes engrosa la lista de gourmets escritores como Josep Pla, Álvaro Cunqueiro o Vázquez Montalbán, gente que hizo de la crítica gastronómica un ejercicio literario. En cualquier caso, y a sabiendas de que siempre es una osadía recomendar a un amigo un libro en concreto sin saber si lo ha leído, la cita en cuestión me ha recordado, cómo no, de cajón, a Josema Azpeitia, al cual recomiendo -con toda la osadía la que me refería antes- la lectura de Mediterraneo, donde, a falta de una recopilación de sus reseñas gastronómicas en Sobremesa, no habla de gastronomía, pero algo habla, porque, qué hostias, todo es gastronomía.


—Tú ves las fotos de los años treinta, ves las caras rugosas, la manera de llevar una camisa, un pantalón. No tienen nada que ver. Pues porque somos alimentación, somos cultura, somos trabajo. Una de las cosas que me gustan de haber trabajado en una revista gastronómica [«Sobremesa»] es la historia de la cocina. Saber la historia del té, de los espías que entraban a analizar qué planta era esa. La independencia de Estados Unidos tiene en su origen la guerra del té, en que no querían pagar impuestos. Saber cómo los tópicos que hay detrás de expresiones como "me gusta la tortilla española". Pero usted qué dice, si las patatas vienen de América. Me gusta el gazpacho andaluz. Pero desde cuándo ha habido pimiento y tomate aquí. La cocina mediterránea, esa Sicilia, con esos tomates. Que vienen de allá. La historia pone en cuestión la permanencia de las cosas, que algo sea eterno. La historia te lleva a lo de Walter Benjamin: que todo es encubrir el crimen originario. Toda fortuna procede de una injusticia originaria, cuando no de un crimen, que es lo más probable, y eso es la novela, además. Eso es la esencia de la novela. La novela que está fuera de la historia es lírica. No es novela. La novela es el cambio, la transformación. Que empiezas a leer acerca de un personaje y cuando terminas es otro, lo miras desde otro punto de vista. Transforma al lector, y transforma al escritor también. No te consuela."

Entrevista a Rafael Chirbes en ABC Cultura 28/05/2013

PAELLA DE CHORIZOS

 

El escritor Luisge Martín se decía indignado con la "tiranía" de la novela negra durante un coloquio celebrado en la Feria Internacional del Libro de La Paz y probablemente con toda la razón del mundo.

"No sé que pasa en Bolivia pero en España se están alcanzando unos niveles absolutamente desasosegantes, parece que no se puede ser nadie en nada, ni en la literatura, ni casi en tu propio matrimonio, si no escribes una novela negra o una novela detectivesca"


El género está de moda, esto es, vende, y por lo tanto no puede haber editorial que no apueste por él, siquiera sea ya sólo en ese titánico e improbo empeño de sacar adelante una editorial. Sí, qué se le va a hacer, la novela negra vende, o eso dicen, ya sea sólo lo suficiente para hacer rentar a un libro lo que otros no rentarían por muy de la talla del Ulysses de Joyce, El sonido y la furia de William Faulkner o la mismísima Divina Comedia de Dante. La mayoría de los editores, los de verdad, sueñan con editar libros como estos tres últimos; pero, entre tanto todavía desean más cuadrar su balanza de pagos y para ello tienen que ofrecerle al público lo que demanda. Ahora parece que es la novela negra como antes lo fue la de ciencia ficción, romántica, histórica, gastronómica o la de cualquier otro género. La razones del éxito de la novela negra son múltiples. Yo opino que el principal no es otro que su propia condición de género, el cual hace que el gran público, conservador por naturaleza como todo gran grupo humano, recurra a él a sabiendas de lo que se va a encontrar, esto es, una historia con crimen y su resolución enmarcada en un determinado entorno geográfico y/o temporal. La novela negra es el género realista por naturaleza y eso significa que a priori no da margen para demasiadas sorpresas, las cuales en literatura casi que son sinónimo de experimentos. Así pues, la novela negra, como la mayoría de los géneros, es una apuesta segura para el lector sin excesivas ambiciones estéticas o intelectuales, un pasatiempo antes que nada, un buen rato seguro. Y a decir verdad, no sólo no hay nada reprochable en esa supuesta previsibilidad del género, sino más bien todo lo contrario; el propio Luisgé Martín lo dejó entrever durante el coloquio:


"Parece que si las cincuenta primeras páginas de tu novela son ilegibles, es buena. No es verdad. Siempre hay que ayudar al lector"


Ahora bien, que la novela negra tenga una acogida mucho más amplia, y yo diría que hasta agradecida, por parte de la mayoría lectora, no significa que esa otra literatura que algunos titulan de seria, de Literatura con mayúscula, tenga que estar condenada en principio tanto a una existencia a la sombra de los llamados "best sellers", como al limbo de lo exquisito, lo selecto para minorías de gusto refinado, mucho. Otra cosa es que, por lo general, se cumpla insistentemente la regla de que cuanto más facilona, mediocre, previsible, aséptica, sea una obra, mayor éxito comercial alcanza porque esos parecen ser precisamente los ingredientes para llegar al gran público, que el texto en cuestión sea algo más que legible, esto es, de lectura rápida y escritura plana, facilona que decía, con un argumento para todos los gustos, que no moleste o genere verdadera polémica, es decir, de las que obligan a posicionarse al lector quiera o no quiera, no digamos ya si además lo es de los que desasosiegan por su contenido o sus conclusiones, no te digo ya nada si mete el diente a la injusticia, inseguridad o las corruptelas de todo tipo de la sociedad o el momento histórico donde se desarrolla y que era precisamente lo que hacían los clásicos de la novela negra americana tras la Primera Guerra Mundial (1914 - 1918) y la Gran Depresión de 1929 con la Ley Seca y el gangsterismo en auge, el puro y duro y el político o económico, de por medio. Entonces, lagarto, lagarto, esa mierda para otros, a mí dame exotismo de cercanías, méteme un poco de todo en el libro, mitología para neofitos, una trama facilona y escenas y diálogos como de telenovela de sobremesa, dame si eso cualquiera de las de Dolores Redondo.
Porque, en contra de lo que opinan los que gustan de sistemizarlo todo, el género negro todo puede tener ciertos puntos en común, pero no por ello normas que obliguen a cada autor a atenerse a ellas para que su novela merezca ser catalogada de novela negra o no. A decir verdad, el mayor, si no el único, punto en común de toda novela negra debería ser que el crimen del que trata sirve de mera excusa para retratar los ambientes degradados donde se comete. Eso y que la resolución del crimen no es un objetivo primordial, sino más bien el hilo de conductor a través del cual el autor va trazando el retrato de un entorno u una época concretos. Luego ya el grosor o tipo de brocha que utilice cada cual será el que dé la media de su estilo, su originalidad.


Pero claro, llegados a este punto, otra vez la preguntita de marras: ¿qué es novela negra? Porque si tal como dicen los sistematizadores al uso, una de las principales características de la novela negra es que el lenguaje no abunda en florituras, que existe una genuina preocupación social, ambientación, descripciones naturalistas, urbanas en ambientes marginales como el hampa y los suburbios, pero también en los aparentemente más vistosos de la corrupción política y moral; entonces, qué novela española no lo es también negra siempre y cuando trate de la contemporánea, quizás de la España de siempre. De ese modo, no queda otra que establecer que el mayor y mejor escritor español de novela negra contemporánea no ha sido otro que Rafael Chirbes, y ya más en concreto que sus dos novelas Crematorio y En la Orilla las más representativas de un género al que en principio no parecen adscritas, o al menos no parecía ser esa la atención de su autor. A mí, desde luego, no sé me ocurre un ambiente, un escenario, más turbio, negro, de hampones con todas las letras y más, que una reunión de empresarios de la construcción y políticos locales alrededor de una paella en el jardín del chalé de uno de ellos en una urbanización de lujo en la costa valenciana, por poner un ejemplo.

Otrosí, si resulta que para merecer la condición de novela negra, o ya sólo de "género", es necesario que la novela parezca renunciar a cualquier ambición de tipo literario, esto es, que no se salga del camino aparentemente trillado por el que discurren, con toda el derecho y dignidad del mundo, la mayoría de las que se reclaman como tales, qué decir de las novelas, por poner sólo dos ejemplos, de Carlos Zanón o de Juan Ramón Biedma. A ver si al final no va a ser cuestión de más o menos literatura, de mayor o menor ambición, sino de que, independientemente del género, unos libros son extraordinarios, otros muy buenos, otros buenos, otros pasables, y el resto mediocres o ya directamente rematadamente malos, por no hablar del puro amateurismo para el que trascurrimos no pocos. Eso y que el lector empedernido, no diré el de verdad porque no tiene porqué coincidir la voracidad lectora con la capacidad o la tenacidad a la hora de leer, y en todo caso alguien por principio más receptivo que el lector más o menos ocasional, no vive sólo de un género o de la ausencia de éstos, busca la calidad en el texto, la originalidad, el estilo, la voz propia, independientemente del formato, la Literatura con mayúscula allá donde se encuentre, no donde le digan que tiene que buscarla o dónde no. Eso y que, como también remachó el propio Luisgé Martín en el coloquio de marras: 

"Para ganar dinero se me ocurren profesiones muchísimo más interesantes (...) pero no con la literatura, que es algo absolutamente serio."

lunes, 17 de agosto de 2015

DEMOCRACIA MULTADA


Pues de eso va la cosa, de callar a golpe de multa, y con el eco mediático de éstas las voces contrarias, críticas, indignadas. Y cuidado con irte de la boca en las redes porque luego van sus esbirros, te denuncian y, mira qué curiosa la diligencia del juzgado de turno para estas cosas, curiosa, curiosa..., van y te multan también a ti como este paisano con 200€ por llamar sinvergüenza a su alcalde en el trascurso de una discusión. No era poco consciente el ofendido ni nada del respaldo que tenía por parte de la justicia contra sus conciudadanos; “majo, te van a caer 350 euros de multa”, le espetó a otro con el mismo desparpajo y prepotencia con los que antes los de su misma cuerda decían aquello de "no sabe usted con quién está hablando..." Les han puesto en la mano el poder amedrentar al ciudadano con coartadas tan de república bananera o paraíso soviético del tipo: "La Policía municipal considera que se alteró “la seguridad colectiva”, le impone una multa de 200 euros por desórdenes públicos". Toda la impunidad de una justicia posfranquista que añora los tiempos de la temerosa y obligada veneración a la autoridad, que confunde respeto entre gobernantes y gobernados con la sumisión sin rechistar de los segundos a los primeros, el ordeno y mando porque así les sale a ellos de sus santos cataplines y tú les vas con lo de ciudadano y democracia y ellos se parten el culo delante de tus narices porque te lo has creído. Una justicia que sentencia tras sentencia, instrucción tras instrucción con sus apaños de última hora tras la preceptiva visita del delincuente de turno al ministro amigo y correligionario, está demostrando que nunca ha dejado de considerar al ciudadano de al pie otra cosa que un lacayo, puede que hasta un peligro en potencia para las personas decentes que dirigen el cotarro o las que se quedan en casa a verlas venir, las que fruncen el ceño cuando oyen un "insulto" a un poderoso pero nunca se preguntan el motivo del mismo, ¿para qué si el que manda siempre tiene la razón? De modo que no se te ocurra llamar sinvergüenza a un político que aprovecha un problema concreto para soliviantar los ánimos de sus electores y crear un conflicto entre sus ciudadanos con el único fin de conseguir réditos electorales, alguien que hace bandera de la lucha contra el fraude a pequeña escala cuando en su momento puso su firma en un contrato que lo era con mayúsculas para favorecer a una persona en concreto en detrimento de la mayoría. ¡Por favor, a quién se le ocurre llamar sinvergüenza a un político que hace todo eso? 200€ es poco, lástima de picota y fusta, lástima de gulag a mano. No se puede permitir que se empañe de un modo tan gratuito, ni más ni menos como si estuviéramos en democracia y el ciudadano tuviera derecho de dirigirse a sus dirigentes para reprocharles lo que le venga en gana, el nombre de tanto demócrata sin tacha. No lo hagas, no se puede, está castigado, lo han conseguido, que multen al que lo hace y que a ti te entre el miedo. Pero luego eso sí, sigue llamándolo democracia porque, mira, sí, cada cuatro años todavía te dejan meter una papeleta en una urna. Ahora bien, menos mal que todavía también quedan personas de orden que entienden y comparten estas sentencias porque, para qué engañarnos, hay demasiado libertinaje y seguro que el tipo que llamó sinvergüenza a su alcalde era de la ETA o se lo hacia. Eso y que hay demasiado chorra bien comido despotricando contra la gente decente desde su teclado del ordenador en vez de subir fotos de gatitos, panorámicas desde sus lugares de vacaciones, borracheras en las fiestas de su pueblo y por el estilo. ¡Arriba España!

DEMAGUN, DEMAGUN...



Demagun zure bikotearen gurasoak sendagileak direla, demagun eurekin solasean zaudela eta edozein gai hizpidera aterata, hitz aspertu doi-doiak, honako arrazoibide edo pentsamolde honekin topo egiten duzula etengabean.

-Negrin oso presidente egokia izan zen II Republicarako, goi mailako fisiologo bat izan zen eta...

-Llamazares ezta politikari batere txarra, medikua denez gero; baina, hala eta guztiz ere batzutan ere kaskar samar ematen du, familia mediku hutsa den aldetik..

-El Gran Wyoming oso tipo azkarra da, badaki ondo asko zertan ari den; baina ezta batere harritzekoa medikuntza ikasi zuen eta...

-Arthur Conan Doyleren nobelak ezin dira txarrak izan, Edinburgo Unibertsitatean medikuntza ikasketak egin zituen eta.

-Jorge Drexler ikaragarri gustatzen zait, otorrinolaringologian espezializatu zen gainera.

-Nik betiere Che Guevara gogokoago izan nuen Castro baino, Ernesto zera baitzen..

-Eva Longoria oso emakume ederra da... eta azkarra, ikasi egin zuen...

UNA HISTORIA DE VIOLENCIA...



Solo y abandonado como estoy en el piso de Oviedo, aprovecho que madrugo para bajar a desayunar a la cafetería de siempre. Observo que durante los casi dos meses que he estado fuera la han reformado, que han tirado la fachada y aprovechado parte de la entrada para hacer una especie de terraza cubierta mirando al parque donde se encuentra la calle donde vivo. Una idea genial porque de ese modo puedo desayunar prácticamente al aire libre y sobre todo libre del guirigay que se produce en el interior entre la televisión siempre encendida y siempre a todo volumen y las conversaciones de los parroquianos que procuran sobreponerse a éste. Desayuno en soledad mientras me aferro a la costumbre, cada vez con menos entusiasmo y a veces hasta con verdadero enojo, no por nada la prensa digna de tal nombre hace ya tiempo que se pasó, o la acotaron, a lo digital, de leer la prensa en papel entre un sorbo y otro. Y en eso que estoy comprobando de qué manera no hay día que cierto periódico, antaño faro guía de la más exquisita progresía patria, no desaprovecha su tribuna para hacer comentarios más o menos traídos por los pelos contra un determinado partido político en lugar de verdaderas primicias informativas y así, justo en el momento en el que, harto de la grosera tendeciosidad que contienen las páginas que tengo delante, procuro deleitarme con el trino de los pájaros que me llega de las copas de los árboles del parque en una soleada mañana que anoche todos los telecomentaristas del tiempo habían pronosticado como la antesala del Apocalipsis, vamos, con muchas nubes, lluvia y frío ártico o casi, que de repente aparece una furgoneta repartidora del supermercado de al lado con las ventanillas bajadas y la radio a todo volumen. Como que ya se oía acercarse la murga de la radio con sus presentadores debidamente lobotomizados y esa cantinela bullanguera de los supuestos grupos o cantantes de moda que pretenden hacernos pasar por música. Todavía peor, no contento con amenizar/amenazar todo el barrio con su llegada, el capullo que conduce la furgoneta aparca justo delante de mí, se baja para dirigirse al trote hasta el supermercado de al lado, y va y deja las ventanillas bajadas y la radio encendida a todo volumen. Y no son unos segundos no, el tipo se eterniza en su cometido y entre tanto la furgoneta que está delante de mis mismas narices venga a vomitar excrecencias sonoras, sí, a todo volumen.
Es entonces que uno recuerda que ante todo somos animales, más o menos racionales pero animales, y que si hay algo que distingue a estos en la naturaleza eso es la violencia, ni más ni menos que la reacción instintiva por naturaleza de los seres vivos para sobreponerse a las dificultades o peligros. Lo recuerdo porque en ese preciso momento tomo conciencia de mi lado más animal. Lo hago al imaginarme que vuelve el de la furgoneta, que entonces voy yo, me levanto, me lanzo a su cuello, le golpeo la cabeza contra el techo de la furgoneta, lo hago repetidamente hasta que ya no reconozco su rostro entre la máscara sanguinolenta que lo cubre y su boca repentinamente desdentada. No contento con esto, me introduzco en la furgoneta, arranco de cuajo la radio de marras y... sí, en efecto, se la meto por el agujero del culo; no pregunten cómo, en mi ya demente imaginación el ano reúne las mismas propiedades que las mandíbulas de las serpientes constrictoras a la hora de tragarse una res o cualquier otro bicho por el estilo, por el tamaño. Eso y que luego le prendo fuego a la furgoneta, no importa de dónde saco la gasolina, ni el mechero o las cerillas, es una fantasía, todo está permitido.

Pero claro, qué bestialidad, ¿para eso te hemos pagado una educación, hijo mío?, ¿sabes cuánto te caería... no quieres ver crecer a tus hijos? Que sí, faltaría, ya sé que es una pasada, que estoy hecho un animal, ya lo he advertido, y tú también, y ese, y el otro... ¡uy, no! Ese no, ese es un santo, dejad que los animales se acerquen a él a ver si le arrancan un huevo de un mordisco, dejadles, dejadles, ya veréis qué risas. Y además todo por una tontería, por unos decibelios de nada. ¿Acaso no estamos en el país del ruido, del abuso continuo y sañudo contra el de al lado y por nada, por principio en todo caso, millones de españoles que crecen en la convicción de que están solos en medio de la sociedad, que los demás apenas somos otra cosa que parte del atrezzo de su existencia, que ellos tienen derecho a todo, así lo han mamado desde chicos... Y no digas nada, no lo escribas, das en cascarrabias seguro, en carca, mal follado,"exajerauuuuu".

Pues me aguanto, de hecho no se me había pasado por la cabeza nada que no fuera una mirada reprobatoria en el caso de que el capullo en cuestión se dignara en dirigirme la suya; pero ya, ya, qué hostias va a mirar éste, los de su pasta van así por la vida, sin mirar más allá de sus narices, para qué. Me aguanto hasta que vuelve, se monta, arranca y desaparece de mi vista dejando el reguero de su bazofia sonora. Así pues, todo debería volver a su sitio; pero no, ya no consigo escuchar los trinos de los pájaros del parque, de hecho lo único que oigo y sin cesar es el ruido del motor de los coches que pasan por la calle.

GOIKOETXEARENAK



Rodriguez nago etxean, euskaraz uste dut Goikoetxea omen dela (hortaz, arabarra naizenez gero, Ortiz de Zarate nagoela esan nahiko nuke...) Bi egunez etxean bakarrik nire familia emaztearen gurasoen Asturias barreneko etxean dauden bitartean, bi egunez libre familiaren ohiko kateak gabe, bi egunez nik bakarka baino ezin egin ditudan gauzak egitearren, bi egunez edonora joateko pozik eta kantari, bi egunez potrojorran. Laburbilduz, bi egunez munduko Rodriguez/Goikoetxea/Ortiz de Zarate guztiek gogokoen dutena egite aldera. Baina zer da benetan orain egiteko parada bakarra dudana? Nik dakidala etxea goitik behera garbitu beharrean nago ia bi hilabetez etxetik at egon eta gero, eskuartean dudan lantxo bat kosta ahala kosta burutu/bukatu behar dut, nire familia itzuli aurretiko erosketak egin behar ditut gaur arratsaldean edo bihar goizean, eta, hau guztiau gutxi ez balitz bezala, idatzi- irakurtzeaz, janaria prestatzeaz edo kanpaia jotzeaz gain, gogokoen ditudan gauza gehienak nire emaztearekin egin ohi ditut; izan ere, ez dut gehiegitxo gozatzen pelikula bat ikusten bera ez baldin badago nire aldamenean elkarri txutxumutxuka egiteko. Areago, baldin badago benetan atsegin dudan zerbait hori da nire bikotearekin errieta egitea edozein huskeriaren kontura, eta orain etxean bakarrik nagoela faltan sumatzen dut, oso. Non zegoen, beraz, Rodriguez/Goikoetxea/Ortiz de Zarate izatearen delako xarma edo?

domingo, 9 de agosto de 2015

RELATO DE UNA NOCHE DE FIESTAS DE LA BLANCA



 La lluvia y el fresco empañan las fiestas del lugar. Las calles amanecen mojadas y uno se imagina a los alegres e incombustibles “gaupaseros” durmiendo la mona sobre el césped de los jardines jurando en hebreo ya por la mañana. Mañana pasada por agua durante el desayuno mientras la resacosa muchachada más o menos ataviada como aldeanos decimonónicos se cuenta las batallas de la noche anterior en una cafetería del centro. Cuentan que un blusa veintañero logró flirtear más de diez minutos con una de las “neskas” de la cuadrilla. Eso, claro está, antes de que se crucera delante de sus ojos una guapa y fiera nativa de las Tierras Altas, vamos, del Alto Deba y de por ahí, con su pañuelo de colorines sobre su corte de pelo al hacha en la cabeza con la coletilla de rigor, sus pantalones bombachos otro tanto, sus camisetas de tonos por lo general oscuros y con tirantes dejando al aire toda la zona de la sobaquera y hasta un amago de escote siquiera por defecto del tejido, amén de los imprescindibles abalorios tribales varios en forma de piercings estratégicamente repartidos para lo de espantar pusilánimes del sexo opuesto, pegatas reivindicativas casi que ya sólo para las fiestas o el verano, y el inefable pendiente con el mapa de E.H colgando de una oreja. Entonces, ese blusa veinteañero que durante el año apenas logra apartar la vista de su zurito cuando irrumpe en el bar la chavala del instituto o de la ikastola que le ha robado el corazón acompañada de su cuadrilla de amigas, o lo que es lo mismo, la guardia pretoriana de toda chica guapa que se precie para lo de intimidar a los babosos, los cuales para una gasteiztarra vienen a ser todos los tíos sin excepción hasta los treinta y muchos y casi que con el correspondiente currículo profesional y financiero debajo del brazo, no dudará en dejar a la neska de su cuadrilla con la palabra en la boca y salir corriendo detrás de la otra, la inconfundible nativa de las Tierras Altas, en un sorprendente alarde de espontaneidad en un vitoriano, el cual sólo se suele dar en fiestas casi que en exclusiva, vestido de blusa, con varios katxis de cerveza o kalimotxo encima y poco más que con las de fuera. Así pues, el joven blusa alcanza a la chavala que en seguida dice haberse perdido de su cuadrilla del pueblo, se dirige a ella en su euskera estándar del colegio, puede que incluso en el que habla en casa desde pequeño con sus padres también ikastoleros, con la excusa, manida de necesidad, de que la había confundido con otra que estudiaba en su facultad. Por su parte, la nativa de las Tierras Altas del Deba o de por ahí, responde con no poco desabrimiento a las preguntas tan improvisadas como atropelladas del blusa imberbe en la forma más exageradamente cerrada e inescrutable del dialecto de su pueblo, se diría que respondiendo a la ley no escrita entre las de su especie: “para acostarte conmigo vas a necesitar una filología como poco...” En cambio, él no desiste en su empeño de llamar la atención de la muchacha. Para ello le promete llevarla a los bares más “jatorras” y “borrokas” del interior de la Cuchi donde asegura él pasar la mayor parte del tiempo en la convicción de que así se granjeará la simpatía de la nativa de las Tierras Altas. Por si fuera poco, y a la vista de que la conversación entre ellos amenaza con convertirse en un soliloquio, el joven blusa no duda en contarle batallitas de la “época pericolosa” cuando había bronca cada fin de semana entre los jóvenes alegres pero comprometidos y los antidisturbios, batallas campales que se dieron en aquellas calles por las que transitan ahora y que él conoce poco más que de oídas a sus padres y hermanos mayores. Entran a varios garitos con el pretexto de encontrar a la cuadrilla de cada cual. En cada uno de esos garitos el joven blusa saca un katxi de kalimotxo que ofrece insistentemente a la chica aunque luego él apenas consigue separarlo de sus morros de puro ansioso.; "he pillado, he pillado", se dice insistentemente. Y es así como, de un bar super “jatorra” y “borroka” a otro para acabar entrando en otros que en principio no lo son o no lo parecen tanto, recorriendo cada una de las calles de la Almendra vitoriana katxi en mano, la extraña pareja pasa la noche entre la verborrea inagotable del mozo vitoriano y la extrema parquedad expresiva de la nativa de las Tierras Altas, cada vez más convencida de que no le queda otra que servirse de la compañía del blusa para recorrer una ciudad que, en sacándola de la Cuchi y alrededores, se le antoja casi que un remedo de Babilonia a escala patatera; luego él ya contará a sus amigos que hubo un momento en el que incluso creyó atisbar un amago de sonrisa entre sus labios. De ese modo, y a medida que avanza la noche, por fin conseguirán alcanzar el recinto de las txoznas en la zona de las universidades, donde ella, una vez atisbada su cuadrilla junto a la barra de Senideak, Askapena, Falokratak Kanpora o de cualquier otra patriótica asociación o por el estilo, se despedirá del joven blusa agradeciéndole sus servicios de lazarillo, antes de salir escopeteada hacia los brazos de un morrosko de su pueblo cuya indumentaria y corte de pelo serán idénticos al suyo. Ese será el momento de la noche en el que nuestro joven blusa, aparte de comprobar por enésima vez que las nativas de las Tierras Altas sólo se relacionan con los de su pueblo casi que sin excepción y déjate de hostias, cree recordar que a eso le dicen endogamia, también tomará la decisión de pergeñar un relato completamente diferente a la realidad para consumo exclusivo de sus colegas de la cuadrilla, un relato en el que él, por supuestísimo, habría sido objeto de la lascivia irreprimible de la fierecilla borona, hasta el punto que después de mucho morreo y magreo, él por fin habría conseguido librarse de sus garras al grito de: “¡joder, que estamos en fiestas, hostia, que soy blusa y no puedo dejar colgados a los de mi cuadrilla, que viv, que viv, que viva Vitoria, que viva mi pueblo...!”. Eso e improvisar también una excusa para la “neska” de su cuadrilla por lo de la espantada de la noche anterior...

*Parece ser que al día siguiente el recinto de las txoznas amaneció cubierto con pasquines en los que tanto la Comisión de Blusas de Vitoria-Gasteiz como la Asamblea Feminista de las Tierras Altas del Deba y la Asociación Guipuzcoana de Peluqueros, denunciaban a un tal Txema Arinas por sus comentarios tendenciosos y ofensivos acerca de los blusas vitorianos y los nativos de las Tierras Altas, comentarios que tachaban de antivitorianos y boronofobos, claro ejemplo del supremacismo capitalino y, cómo no, típicos de un españolazo, lo peor entre las gentes alegres y combativas de las Tierras Altas y Bajas del paisito.

HISTORIAZALE AMORRATUA



Historia biziki maite zuela esan ohi zuen. Horrenbestez oso gustuko zituen Nafarroan ospatzen ziren mota guztietako urteurren historikoak, hau da, Nafarroako Erresumaren datarik nabarmenenak hainbat erakunde historiazalek edo urtean zehar gogotsu bezain arduratsu antzezten zituztenak, besteak beste: Orreagako Gatazka, Atapuerkako Bataila, Hiru Antsoen Gatazka, Tolosako Nabetako Bataila, Amaiurko Gazteluaren Konkista, Noaingo Bataila, Karlistadetako Abarzuzakoa, Orokietakoa, Mendigorriakoa, Yurramendikoa... Izan ere, hain atsegin zitzaion antigoaleko abilamendua janztea ezen astelehenetan bulegorantz irteterakoan zientzia-fizkioko jantziak zeramatzalakoan zegoen...

viernes, 7 de agosto de 2015

MIERDA DE FIESTAS





Mierda de fiestas de mi ciudad este año, puto Celedón y todo lo que le acompaña. En un día como y hoy y a estas horas nos sentábamos en los últimos años yo, mi padre, mi mujer y mis dos hijos delante del televisor para ver la bajada del muñeco que representa al aldeano de Zalduondo y que se reencarna en el chicarrón de turno antes del txupinazo. Delante del televisor porque ya a mi edad no me meto ni loco, y menos aún con los chavales, en medio de la marabunta beoda y puñetera como nunca, que se pringuen otros. Mejor asistir al inicio de las Fiestas de la Blanca desde la comodidad, y casi también que seguridad, del sofá enfrente del televisor. Mis hijos y su madre entusiasmados ante el espectáculo de la multitud enloquecida mientras el muñeco desciende por los cielos desde la torre de San Miguel y también ante la travesía casi que homérica del blusa que toma el testigo y atraviesa la plaza abarrotada de borrachos y dementes hasta la balconada de la misma iglesia donde le esperan las autoridades y el encargado de turno de encender el txupín. En cambio, mi padre y yo lo hacíamos emocionados, sin necesidad de expresarlo con palabras porque a nosotros nos bastaba y basta con las miradas para semejante exceso de efusividad, porque no me cabía la menor duda de que tanto a él como a mí nos acudían en cascada los recuerdos. Recuerdos casi que en exclusiva de cuando me llevaba de pequeño a ver la bajada desde Casa Quico, aquella deliciosa y decimonónica heladería donde siempre caía una horchata, o lo que fuera, qué más da. Recuerdos de la nube de humo de puro de la que él participaba con el suyo, cuando todavía el espumoso estaba por venir, con el pañuelico ya al cuello. Recuerdo de después del txupinazo en compañía de los tíos, de sus primos, y aquel primer amago infantil de mozkorra a cuenta de los tragos robados a los katxis de los mayores junto al antiguo Felipe del Resbaladero o en la Mejillonera de la Dato. Recuerdos del paseillo como espectador cogido de la mano de mi padre y las ganas de ser mayor para meterme en el follón. Recuerdos del año que me llevó a los toros, qué coñazo de corrida y qué vacuna para los restos, lo mejor el bocata que comimos en la plaza. Recuerdos como el de ir en el coche por Manuel Iradier detrás de una cuadrilla de blusas pegando brincos y que él me dijera que para disfrutar de las fiestas debía aprender a tocar el txistu como su hermano pequeño, el acordeón, el saxo o cualquier otro instrumento de fanfarria o en sustitución de. Recuerdos siempre del día que me llevaba a las barracas, la emoción de subirme a lo desconocido, el trago de vino dulce aragonés junto a la barra que no se entere tu madre. Recuerdos todos de infancia antes que aquellos otros de juventud más o menos alcohólica y reivindicativa o yo qué hostias sé si iba siempre puesto de casi todo hasta arriba. De infancia porque al fin de cuentas es de cuando con más intensidad aparecen impresos en la retentiva de uno, los que más afloran y con más sentimiento, sobre todo ahora, que no estás a mi lado, que todo me es extremadamente lejano y extraño, que he aprendido hace ya tiempo que el único vínculo verdadero que me une a estas cosas de la ciudad en la que he nacido y crecido es el de esos mismos recuerdos de los que apenas acierto a hacer inventario, que todo lo demás con su repulsiva monserga identitaria y el pringue a ñoñería tan telúrica como absurda o ridícula que embadurna el ombliguismo patrio, local, de cualquier tipo, me resbala como me resbalan todos, de cualquier tipo y condición. Hoy nadie va a animar a mis hijos a que canten la canción de marras, la misma que hoy sirve de tema de pol`emica a los carachorras ensimismados para hacer gala de su sempiterna tontería provinciana con no pocas dosis de intolerancia ante todo lo que juzgan nuevo en la convicción de que todo se remonta a lo que son capaces de recordar y poco más. Fiestas de la Blanca, todavía un hito en el calendario sentimental de uno, nunca como hoy tan tristes y emotivas, a ver si ya luego a la noche consigo encebollarme a conciencia sin dar la tabarra al prójimo con mis cosas, aquí quedan éstas en cuanto ponga el punto final. Y ya luego veremos si echamos algún baile, risas todas las que hagan falta, comer y beber seguro y con el rigor de siempre, como que casi es lo único por lo que merece la pena dedicar líneas y ganas a las putas fiestas de mi ciudad.

BLUSA SORGINDU HORI...



-Baina zer dela blusa janzten duzunean ziplo zoratzen zara, sekula ez bezala edan ohi duzu, kaleetan zehar saltoka zein oihuka joan ohi duzu, zure ondokoei edaria isurtzen diezu, neskatoei hitz gordinak esaten dizkiezu, gustuko dituzun neskei bestela inola ere ausartuko ez zinen mudu zakarrean eta ozta-otza bortitzean ere hurbiltzen zaitzazkie...?

-Ez dakit ba, baina gure nekazal arbasoen blusa jantzi eta txapela buru gainean ipini orduko...

BREVE RELATO DE VERANO



No todo era tostarse al sol en una playa abarrotada de humanidad despojada de lo peor de sí misma, deshidratarse dándose la paliza subiendo al monte cuando el resto del año apenas te alejas de la barra de tu bar favorito. No todo eran fiestas patronales con sus verbenas al son de la música inspirada por el diablo e interpretada por aficionados con el fin de que parezca que vivimos atrapados en un ibérico Día de la Marmota. No todo son comidas familiares y de cuadrillas de amigos con su acidez de todo tipo. No todo eran interminables esperas en el aeropuerto antes de coger un vuelo a un país del que uno ya tenía ganas de regresar antes de subirse al avión. No todo era una cotidianidad en sandalias, pantalón corto y camiseta con leyendas cada vez más chorras y menos reivindicativas. No, claro que no, también estaban los mercadillos de verano de los pueblos de veraneo que en comparación hacían que las verbenas a la noche con su Paquito el Chocolatero y sus borrachos arrimando la cebolleta a las mozas delante del escenario fueran lo más parecido a una velada versallesca con sus nobles decadentes, sus damas de la corte y las correspondientes cortesanas de los primeros danzando bailes barrocos como el Sarabande, Menuet y Chacrone en la Galeria de los Espejos delante del futuro rey sin cabeza.