jueves, 19 de octubre de 2017

GOCHERÍAS


Que servidor no se encuentra en la cafetería Sacher de Viena escuchando departir a un paisano sobre el estreno de la última opereta de Johann Strauss (hijo), en una tertulia con los impresionistas en el café Guerbois de Paris o en otra de jóvenes escritores despellejando a Umbral a sus espaldas en el Café Gijón de Madrid, ni siquiera en el pub Brazen Head de Dublín tomando unas Guinness mientras se prepara el Alzamiento de Pascua, es algo de lo que me doy cuenta enseguida cuando oígo hablar a gritos un paisano cosas como:

"¡Mira que son asquerosos esos bichos, lo mal que güelen, lo feos que son y cómo lo dexen tou allá por onde pasen. Agora, y lo ricos que tán depués a los caricotes o col compangu, o... Tenía yo una novia nel pueblu que tenía más pelos qu'un gochu celta, más fea que quitar el tricorniu a un guardia civil; pero, yá depués na cama bien que facía honor a la so paecencia. Y..."

Pero bueno, tampoco pasa nada, casi todos venimos del campo en algún u otro grado, y, por muy exótico, estrambótico incluso, que nos parezca oír disertar a un paisano dando voces sobre el gocho asturcelta en un bar mientras tomamos una caña para hacer tiempo antes de ir a recoger al crío, la verdad es que no nos queda otra que reconocer que en realidad estamos más acostumbrados a escuchar historias similares, tipo jabalíes que bajan del monte de buena mañana a destrozar la viña o de monteros que capturan zorros para tenerlos en casa de animal de compañía, de lo que pensamos.

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