JUECES Y EXTRAÑOS

No te acostumbras a que te agredan sin saber a qué es debido. Estás realmente entre extraños, gente que no te conoce de veras porque tu relación de ellos es de puro compromiso sin que por ello niegues que les tienes mayor o menor afecto, según a quién y sus porqués, por una mera cuestión de roce y empatía, cuando la hay, si la hay. Sin embargo, te agreden a la menor de cambio sin que venga a cuento y siempre bajo la forma de una supuesta broma que es no sino la manera de encubrir la hostilidad hacia tu persona. Porque las bromas a cuenta de tu intimidad siempre entre íntimos, sino es abuso porque saben que no te vas a revolver ya que te debes a una tercera persona. Y lo de menos aquello que piensan de ti, porque en realidad te la suda, sólo faltaria. Pero que te lo suelten a la cara y delante de otros, a sabiendas que te vas a comer los huevos para tener la fiesta en paz y no herir a esa otra persona es una fechoría en toda regla, un abuso, una cobardía; dímelo a solas, dímelo que entonces sí que te voy a dar la réplica, a ver quién cojones te crees que eres tú para decirne nada.

Pero lo peor que no entiendes, si no es porque les es consustancial a su manera de ser, este querer joder al prójimo a la primera de cambio, hacerte sentir una mierda por cualquier melonada, qué les has hecho, de no ser también que no te soporten cómo eres o lo que eres. Están en todo su derecho  a no tenerte ley,  a que no les gustes, ni ellos a ti. Pero que lo digan a las caras y adiós muy buenas; cada uno por su lado. No es necesario tener que soportarse si no estás dispuesto a ello y por eso no desaprovechan la ocasión para dejarlo patente, para disfrazar de chanza su hostilidad hacia ti y hacerte sentir mal porque no estás acostumbrado a que nadie más de los que conforman tu entorno social o familiar lo haga. Entre tanto tu sigues aguantando como has hecho hasta ajora ajora después de una lista interminable de desaires, desplantes y desencuentros, y siempre por la misna razón: esa tercera persona.